10/7/09

Patada en la nuca o (Daddys got a stick in the Ass)

Rómpete los dientes, así como viene
Ves las estrellas
Ponte de pie, y vuelve a correr
Quiébrate y has cicatriz
Por que la tunda no es suficientemente dura.

No es cierto que el pequeño sea más débil, se decía Timy
Mientras su papaíto le golpeaba una y otra vez
No es cierto que el más sensible sea menos peligroso
Se decía el pequeño mientras tragaba sus lágrimas en la sombra
No es cierto que sus gritos lo vayan a amedrentar por mucho tiempo

Toma un palo, haz una daga, ata tus muñones, ráscate las heridas
Por que la única que no cicatriza esta en el alma, esta hirviendo adentro como una cloaca abierta, donde los gusanos se dan un festín con los cadáveres de las ratas, alli mirando el pozo, allí escupiendo, mezclando su saliva con las mucosidades putrefactas
Timy Boy, aprieta sus dientes buscando un plan, un gran plan para cambiar sus días
Busca un sonido, una imagen, una mueca que le cambie su terror, por agresión, su pánico por locura, su sangre por la de otro, su miedo por la mas grande de las herramientas, por el sentimiento que es un talento, que su rencor se vuelva enseñanza, que su odio se vuelva religión, que sus memorias se vuelvan distracción, que su dramatización de la alucinación se vuelva una tijera de podar arrancándole las pelotas a su viejo.

Por que te voy a cazar, sin piedad, te voy a buscar hasta que sea tu llanto lo único que se escuche en la oscuridad.
Así como pasan las horas, así como encerrado en el cobertizo, así como ruge el estomago después de días sin comer, así como prefieres llorar la perdida, que pensar en mas frustración, pensando en el arma que se materializa en tus manos, pensar en las notas que suenan entre tus dedos lacerados, entre tus uñas descarnadas, entre tus carnes que parecen quemarse, que la gélida habitación no parecen ni siquiera afectarte, por que el rencor te motiva, te calienta, es una lumbre que te ilumina, es una braza quemando tus huesos, es una luz rojiza que sale de tus ojos, de tu boca, que como un dragón en celo escupe esperma hirviendo regurgitando abortos en la secreción anal que es tu padre.

Cuando se abre la puerta, cuando llega ese día, cuando puedes subir las escaleras, lo vas a encontrar, al pide de la chimenea, leyendo su periódico, acariciando la lana de sus peludas patas.
Allí, esta mi confesión, aquí esta mi devoción, acá esta mi tumba, mi fe, mi sagrado corazón, aquí esta mi daga, mi puñal, aquí esta mi libro negro, mi cruz, mi hada mi cayado, mi manos llenas de tierra, de mugre, mis labios apretados, mis lagrimas secas haciendo grandes surcos en mi rostro.
Mi única oración, la mas pedante, las mas impertinente, la mas sincera, la mas realista: que muera, que muera, QUE MUERA!

Empujado otra vez, por los recuerdos, volviendo al pasado, chocando contra el suelo.
Esa boca llena de mentiras, te cagaba.

Y me decía a mi mismo, espera, aun espera, ese día que nunca llego.
Cuando se me acabe el combustible, tendré que echar mis huesos al fuego, por que el sol nunca me calentara.

Tendré que cruzar necesariamente la línea, para encontrarme conmigo mismo,
Tuve mi tiempo, para decir Dios, si que le haré pagar!
Pero ese momento se paso, esperando a alguien mas que acuda a mi llamado, cuando en realidad tenia que pensar tan solo en mi propio ser, sin importar que no pudiera ver el sol, sin importar nada mas que ese instante, volver a ese momento, en la sala de la antigua casa, en la quinta casa de Urano.

El amor es una palabra perdida, es una sensación de vació, de desaliento. Tuve que ponerlo dentro mió, tuve que imaginar el sol, y pensar que estaba en mis manos, comerlo como una manzana, ya que no importa nada, que no pueda verlo, sentirlo, que no me caliente cuando hace frío, que no me abrigue cuando estoy solo, que no me salve de la pena, la desolación, y de las ratas entrando por mi recto, de las notas desafinadas demasiado distorsionadas como vidrio que se me clava en la frente, en la cabeza, en los oídos, y me hace escupir otra vez mi rabia, como pus babosa que sale de mi nariz, como agua bendita que no me cura mi blasfemia, que no me quita mi “ser yo mismo” una y otra vez.

Volveré a ese sitio, pisare la alfombra debajo de tus pies, aunque me sentiré como en un duelo, de pie en la arena, apretando los dientes, sonriendo de costado, esperando a verte desenfundar y justo en ese momento papaíto, tomare la escoba con mi madre ahuyentaba las ratas, y te la clavare muy profundo por donde no te da el sol.

Se limpia las manos el muchacho, riendo a carcajadas. Detrás de el, su padre en ancas, su casa ardiendo, las llamas cubren los antiguos cuadros, los rostros hipócritas y falsos, parecen retorcerse con el abrazo del fuego. Una ultima mueca se ve en los labios de Timy Boy, la temporada de caza ah terminado, con resultados mas que fructíferos.

“El respeto no se debe a otro por ser mayor, el respeto debe ganarse a fuerza de pulso.”

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