28/4/09

Inyección de caca

Largo es el trecho que se debe alcanzar a por la bestia.

Llegando de más lejos, aun, lo que estas pensando no es acaso lo mismo que has meditado, caída de día, de pie en la noche, de “esto” que se llama vida.

Esta ley de judas que solo parase estirarse con cada latido, cada gruñido, escupitajo ardiente de la caldera de los mismos abernaculos hirientes en la horma de tu zapato, que es mas una bota rota de tanto transitar, pendiente de un hilo cual ramera en celo comprometida con la sociedad solo cuando tintinean las monedas en tu bolsa, insinuaciones, lamentos, diarrea que solidifica, no puedes parar ni para evacuar tus heces, pero descansarías para evacuar tus pasiones.

Derrame de nostalgia caduca, en demagogia valiente, del cuero que es un amuleto que llevas al pecho, le llamas mi ave negra vespertina.
De la sociedad asqueada por la purificación del lamento, arquetipo del metal, plateado, o dorado, por que baila el animal, por un pedazo cobrizo que brilla.
Sin poder tolerar la realidad, de tu bolsillo buscas una raíz, una hoja alucinógena, donde nadie te ve ahí es donde te la estas devorando.

Si devorando tu esperanza de cambiar de ser mejor que la santa sede , que te manda a cazar criaturas incomprendidas, salvajes, deformes, te sientes en la cúspide de la anatomía anal, del arquetipo del grito silábico mas que castrado, aun así la muerte te sigue andando de a puntillas,
Lo llamaron por su nombre: Blut, gigante bruto, tanto como sucio, tanto como solitario, tanto como lento, tanto como no se te ocurren sinónimos para evocar la pestilencia del impío.
No te quitaras de la mente esa imagen, del pozo hemos salido, al pozo volvemos, el caldero esta lleno, el calor es intenso la mierda solidifica dentro de tus órganos, y el cuerpo parece reventar de tanta porquería entre las venas, el veneno pide a gritos salir, ver la luz del sol, quemar tus poros en la marismas por las que descienden, la joyas benditas en sus prismas esconden un secreto místico de vaga existencia.

La antropología del antropófago, la licantropía del nosferatu, la semiótica del pis, la alegría del descerebrado y la jaula del libre, la mutación de la muchedumbre, la alegoría cuasi sacra de la putrefacción de todas las cosas vivientes.


La wicharra, se asemeja al calido hedor hediendo de los cuerpos pudriéndose regados a tus costados, al grito corrompido de la rata royendo cráneos de bebe quien sabe diezmados por quien o que.
Es el miedo de cada uno en el pueblo: la mano de mono en el bolsillo de la cortesana, el deseo lustroso de lujuria, la manifestación empírica del asesino, es hermoso y apremiante como un demonio soñando.

-¡Sal! , sal de aquí vástago de la insipiente ruptura abismal.-

La lechuza crispa en la medianoche, sudando las partes intimas de la virgen que los acompaña, cuando los soldados calientan sus genitales con jarros de licor caliente, luego tibio con la lluvia de las cavernas ,sosteniendo las lanzas apenas con sus hombros, les llega la madrugada a todos y los encuentra mas que cansados.

Mas bello es recordar a los bardos atinando sangre en sus yemas al presionar el mástil de los laúdes, refulgentes al brillo del fuego, carne directa del hueso, con el aroma de batalla ganada, de cráneo débil de enemigo cobarde, suplicando por su corta existencia.
A las sirvientas rechonchas, en sus muslos grasientos, de burlescos pechos más grandes que los brazos de un troll, más jugosas que la fruta mas madura presionada obscenamente con las manos callosas de tanta espera carnal.

Cansado estas de recordar la misión, del clérigo blasfemo, de su esbozo teñido de sangre de gallo negro, de huevo escupido en los huesos, de uña batiendo la clara enseñando visiones de desorden mas allá de la comprensión simplona del común, que adolece de ciencia oscura, de herramienta sabrosa de pulpa joven, de alma teñida de noche.

Yo prefiero inyectarme mierda, directo al corazón, latiendo como recién nacido engreído, sediento de aventura promiscua, de sensación urgente de penetración social.

Bebe tu frágil recuerdo de octubre, tu otoño que no me inspira, que me inspira mas el invierno, desnudo sintiendo la nieve, el fulgor del metal clavado en la roca, salpicados de amarillo en el calor de la hoguera, es a lo lejos ver grandes alas de murciélago, una garganta como volcán, los ojos iluminados de eternidad.

Al alba, estará el niño que vuelve de la muerte, agitando su vara que quita vidas, que desplaza almas de cuerpos grávidos, prontos a sentir lo que es volar, en la luz de miles de pequeños ojos, de almas ignorantes del sentir de los dioses, de los genuinos deseos de poseerlo todo, de abrigar el mayor conocimiento tan solo con golpear la plataforma de un lúdico que es la tierra misma, con cada una de sus fichas, sus peones danzarines de un juego teatral mal propuesto por el destino, pero este cual reloj tirano no regala ni un grano de arena de mas, ni de menos echar lo que significa el deseo de volver a respirar.

Has sido decapitado mi insipiente amigo, tu misión a fracasado?
¿Aun estarás a tiempo de percatarte cual es la realidad? Cabeza de aserrín, que llevas un melón por cabeza. La criatura solo muere en las historias para niños, en las que los preciosos y heroicos caballeros en sus refulgentes armaduras se cagan en sus enaguas, al sentir el pavor de la diversión demoníaca.

Yo, prefiero inyectarme caca en las venas, directo a mi cerebro, que comerla en plato, con cubiertos o en el suelo como perro del rey de turno.

La misión volvió, tan solo con un puñado de los que fueron, quizás la virgen ya no lo era mas, sodomizada por los ayudantes de la criatura, o por los mismos escuderos.

Será cuestión de formular un nuevo relato de campeones vencidos, que los reyes fofos y mal nacidos se mueran en sus tronos, impregnados de su propia porquería, de sus propios olores. Atragantados de tanto tragar.

Aburrido de estar aquí, miro que el amanecer esta pronto a llegar, despliego mis alas, me marcho, como dije, no entiendo a estos “seres humanos”, si tuviera que ser uno de ellos tan solo por un día..(Riendo digo) prefiero inyectarme mierda en las venas.

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